martes, 20 de marzo de 2018

La guerra de Don Álvaro, el médico

Zabalganen zeukan kontsulta Don Alvaro medikuak, eta han Galdakaoko hainbat familia artatu zituen. Gerra sasoian ere osagile ibili zen, Ibaizabal eta Gordexola batailoietan. Artxandan egon zen, tropa frankistak Bilbon sartu zirenean. Larrinagako kartzelara eraman zuten preso, eta ostean herriko mediku izaten segitu zuen.

Álvaro Zabala Oleaga, o Don Álvaro, el médico, que es como se le conocía en el Galdakao de la primera mitad del siglo XX fue uno de los galenos que se ocupó de la salud de las familias del pueblo, en su consulta de Zabalgane.
 Nació el 20 de mayo de 1911 y, al igual que buena parte de sus hermanos, estudió Medicina, en la Facultad de Valladolid, donde consiguió el título en 1934.
Apenas un año más tarde, a la temprana edad de 24 años, fue nombrado Médico Titular del pueblo, pero pronto el alzamiento fascista y la guerra consiguiente se cruzarían en su camino.

En octubre de 1936 fue movilizado y le nombraron Teniente Médico del Batallón Ibaizabal, en cuyo cuartel de Milicias Vascas de Galdakao comenzó a compaginar la salud de sus gudaris y la atención debida a la población de Galdakao, fuera cual fuera su ideología. El siguiente destino, junto a su unidad militar, fue el frente de guerra, en la zona de Kanpazar.

Álvaro Zabala Oleaga, médico de Galdakao


En diciembre de 1936 le trasladaron al Batallón nacionalista Gordexola, que llegaría a estar formado por cerca de 700 gudaris. En él trabajó como médico, contando en su equipo sanitario con dos practicantes y 19 personas más, entre enfermeros y camilleros.
Su primer baño de sangre ocurrió durante la Batalla de Villareal, donde estaban defendiendo la pequeña localidad de Nafarrate. Sometidos a un duro ataque por las tropas fascistas, entre el 15 y el 31 de diciembre tuvieron que atender a 111 heridos y enfermos, sufriendo además muchas muertes.

Siguiendo el curso de la guerra, en febrero le ascendieron a Capitán Médico, y siguió los movimientos de su Batallón por distintos frentes, como los de Lekeitio, Mañaria, Gernika, Abadiño, Bizkargi, Mungia y Artxanda. En éste último, justo la víspera de la caída de Bilbao.

Dos de esas posiciones fueron especialmente dramáticas: la de mayo, en Bizkargi, y junio siguiente, en Artxanda. En el primer lugar, el equipo sanitario del Batallón, al mando de Don Álvaro, tuvo que atender 119 heridos y enfermos, además de padecer numerosas bajas mortales.

A su vez, en Artxanda, tan cerca de su pueblo natal y en la última línea de defensa de la capital, su trabajo sería extenuante, viendo cómo de los 623 gudaris que le acompañaban en abril, tan solo 79 llegaban a final de junio.

Retrocedieron hacía Cantabria y cayó prisionero el 3 de julio de 1937, siendo la cárcel de Larrinaga su prisión.

El 10 de agosto de 1937 se le sometió a Consejo de Guerra y, sorprendentemente, su condena a 6 años y un día de inhabilitación absoluta “por auxilio a la rebelión” no fue tan grave como podía esperarse de su condición de Oficial del Ejército. Analizando los motivos, parece que su trato humano a vecinos presos del pueblo, a pesar de que eran de ideología contraria, sirvió para que algunos de ellos intercedieran en su favor.


Médico por encima de todo, Don Álvaro volvió a cuidar durante años la salud de sus vecinos de Galdakao. Falleció trabajando, de forma repentina, y precoz, con tan solo 53 años, el 16 de julio de 1964.



Texto: Kepa Lizarraga Sainz– Nagore Ferreira Zamalloa Galdakao Gogora



Imagen: Foto archivo familiar

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